Los mejores lugares llegan sin pensarlos, o más bien, sin planearlos. Hace mucho tiempo y una GRAN PERDIDA por Coyoacán, mi hermana y yo nos topamos con una librería muy especial.
Para ese entonces, yo no necesitaba ningún libro ni tenía
planeado entrar sólo para chismear, por lo que nos seguimos de largo y se quedó
en “algún día regresaremos con un motivo” jajaja.
Pero ahora, después de 6 meses y con un motivo para entrar a
la misteriosa librería, me sentí libre de armar un outfit para una tarde así.
La verdad fue un poco difícil recordar la ubicación exacta pero
al final la encontramos, paredes de vidrio, plantas por doquier y una cafetería
en la parte de atrás, hace diferente este lugar.
El ambiente es fácil de explicar, como aquellas personas con
su buena vibra que te logran convencer que es el mejor día de tu vida siendo
todo lo contrario, este lugar tiene aquel
ambiente que te invita a leer.
Sin embargo, el libro que estaba buscando no lo tenían por
lo que mi plan de quedarme a disfrutar del día con un café y un libro se
esfumó, por lo que aproveche para hacer las fotos de mi blog J.
¡Es momento de hablar de ropa!
Para este día opté por cosas holgadas para sentirme libre de
moverme en cualquier situación que se hubiese presentado; una falda negra con
encaje porque siempre es bueno darle esos toques románticos a nuestros días, para
complementar una sudadera gris holgada cerrada para sentirme muy a gusto pero sin
pasar frío y por último, unos zapatos cómodos para eso de las camitas largas.
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